lunes, 2 de abril de 2007

EMOCION E INTELIGENCIA

Es un hecho que cada obra artística que pueda catalogarse como tal, debe ser intelectualizada para que adquiera un sentido pleno y completo, ahora bien, debemos plantearnos cuando debe surgir esa intelectualización si antes o después de la propia creación de dicha obra.
En mi opinión, todo proceso creativo se desarrolla en tres etapas diferenciables dentro del intelecto del artista, la razón creativa, la ejecución emocional y la maduración del resultado
En un primer momento debemos partir de un concepto racional previo que daría sentido al "porque" de la obra misma, (una idea que necesita posteriormente ser desarrollada).
Esta idea nace en el consciente de nuestra capacidad intelectiva, como un acto de voluntad que refleja la necesidad de expresión a los demás de un determinado mensaje emocional, por el que se pone en funcionamiento toda la "maquinaria" creativa. Estaríamos hablando de la "
razón creativa",o dicho de otro modo, la génesis de la obra.
Posteriormente nos encontramos con una segunda fase donde esa intelectualización previa (razón creativa) no debe jugar ningún papel ya, es el momento de la
"ejecución emocional" que debe desarrollar la idea preconcebida, independientemente del estilo, soporte o técnica que sea necesario utilizar. En esta fase de ejecución física de la obra, los sentimientos y emociones del artista deben llevar la voz cantante superando la propia voluntad de éste, a modo de flujo involuntario emocional. (Cuando esta experiencia se produce de forma efectiva ocasiona en el artista cierta sensación de no ser dueño de sus propios movimientos, sorprendiéndose incluso del desarrollo y resultado final de la obra.)
Por último llegamos a la tercera etapa, etapa de maduración o intelectualización posterior del resultado, donde estudiaremos la obra ya creada en cuanto a las variaciones que haya podido sufrir respecto de nuestra idea preliminar, la emoción que transmite y el porqué de todo ello, esta observación posterior debe servir al artista para conocer no sólo la obra en si misma sino también su propia interioridad de una forma más profunda de cara a mejorar el planteamiento en obras posteriores y consecuentemente su capacidad expresiva.

miércoles, 28 de febrero de 2007

TRANSPOSICION E INNOVACION

Entiendo la expresión pictórica en su más profundo sentido como un íntimo deseo de transponer la interioridad personal hacia los demás. Un camino expresivo que agranda la estructura tradicional del lenguaje básico con una carga de emotividad y espiritualidad que nos debe llevar a entregar al observador un "summun" del interior del artista, un camino en suma mucho más complejo y sutil aunque incomparablemente más interesante.
La dificultad fundamental está en encontrar cómo realizar esa transposición hacia el observador de forma efectiva y honesta en un marco plástico bidimensional, solo dibujo y color. Para ello, a lo largo de la historia de la pintura (entiéndase desde el mismo momento en que uno de nuestros antepasados comenzó a "decorar" las paredes de una caverna), el hombre a utilizado múltiples formas, influenciadas principalmente por el momento que a cada uno le ha tocado vivir, es decir, por el desarrollo que las generaciones anteriores han hecho en ese camino, que determina, bajo mi punto de vista, la "contemporaneidad" del individuo , y más concretamente del artista.
Esta contemporaneidad debería servir como alimento del conocimiento, un instrumento que nos permitiera abrir un mayor abanico de posibilidades intelectuales para encontrar nuestro propio camino expresivo, eso y solo eso.
Que duda cabe que realizar "descubrimientos" que abran nuevas puertas en el arte es un gran reto para el artista, pero creo que este no debe perseguir la innovación por la innovación como finalidad de su trabajo ( ese pensamiento está abocado al fracaso), sino que esas "revelaciones" surgirán irremediablemente como consecuencia de la honestidad expresiva (Nos encontramos aquí ante uno de los grandes problemas de nuestra época que ha permitido en ocasiones incluir dentro del concepto artístico pseudocreaciones sin el más mínimo contenido, que adquieren todo su valor por el simple hecho de tener un aspecto engañosamente innovador).
Es claro pues que en mi pintura existe una contemporaneidad inevitable, pues soy quien soy y estoy aquí y ahora, pero mi intención al pintar nunca ha sido la innovación por si, sino más bien el "explicar" el mundo que me rodea según reside en mi interior como un crisol de vivencias, sensaciones, recuerdos, ideas y esperanzas que requiere para su plasmación de un duro (en ocasiones penoso) esfuerzo de introspección anterior, si este esfuerzo en algún momento hubiese conseguido penetrar en el alma emocional del espectador sería para mi, por el momento, más que suficiente.