miércoles, 28 de febrero de 2007

TRANSPOSICION E INNOVACION

Entiendo la expresión pictórica en su más profundo sentido como un íntimo deseo de transponer la interioridad personal hacia los demás. Un camino expresivo que agranda la estructura tradicional del lenguaje básico con una carga de emotividad y espiritualidad que nos debe llevar a entregar al observador un "summun" del interior del artista, un camino en suma mucho más complejo y sutil aunque incomparablemente más interesante.
La dificultad fundamental está en encontrar cómo realizar esa transposición hacia el observador de forma efectiva y honesta en un marco plástico bidimensional, solo dibujo y color. Para ello, a lo largo de la historia de la pintura (entiéndase desde el mismo momento en que uno de nuestros antepasados comenzó a "decorar" las paredes de una caverna), el hombre a utilizado múltiples formas, influenciadas principalmente por el momento que a cada uno le ha tocado vivir, es decir, por el desarrollo que las generaciones anteriores han hecho en ese camino, que determina, bajo mi punto de vista, la "contemporaneidad" del individuo , y más concretamente del artista.
Esta contemporaneidad debería servir como alimento del conocimiento, un instrumento que nos permitiera abrir un mayor abanico de posibilidades intelectuales para encontrar nuestro propio camino expresivo, eso y solo eso.
Que duda cabe que realizar "descubrimientos" que abran nuevas puertas en el arte es un gran reto para el artista, pero creo que este no debe perseguir la innovación por la innovación como finalidad de su trabajo ( ese pensamiento está abocado al fracaso), sino que esas "revelaciones" surgirán irremediablemente como consecuencia de la honestidad expresiva (Nos encontramos aquí ante uno de los grandes problemas de nuestra época que ha permitido en ocasiones incluir dentro del concepto artístico pseudocreaciones sin el más mínimo contenido, que adquieren todo su valor por el simple hecho de tener un aspecto engañosamente innovador).
Es claro pues que en mi pintura existe una contemporaneidad inevitable, pues soy quien soy y estoy aquí y ahora, pero mi intención al pintar nunca ha sido la innovación por si, sino más bien el "explicar" el mundo que me rodea según reside en mi interior como un crisol de vivencias, sensaciones, recuerdos, ideas y esperanzas que requiere para su plasmación de un duro (en ocasiones penoso) esfuerzo de introspección anterior, si este esfuerzo en algún momento hubiese conseguido penetrar en el alma emocional del espectador sería para mi, por el momento, más que suficiente.




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